ARTE ANTIGUO: ESTATUA SEDENTE DE KEFRÉN - ANTIGUO EGIPTO

ESTATUA SEDENTE DE KEFRÉN

2550 a.C.

Período: Antiguo Reino

Cultura: Egipcia

Geografía: Templo del Valle, Guiza, Egipto

Estilo: Antiguo Egipto

Género: Escultura

Medios: Diorita

Medidas: Altura: 168 cm. - Anchura: 57 cm. - Longitud: 96 cm.

Clasificación: Escultura

Ubicación: Museo Egipcio de El Cairo


La Estatua sedente de Kefrén o Estatua sedente de Jafra fue tallada por los escultores egipcios entre los años 2550-2480 a. C., estando considerada como la escultura clásica de la época de las pirámides y una de las más importantes obras del arte del Antiguo Egipto.

La estatua fue hallada en el año 1860, por el egiptólogo francés Françoise Auguste Ferdinand Mariette (1821-1881), en un pozo cerca del Templo del Valle, próximo a la localidad egipcia de Guiza.

La estatua representa a Jafra (en egipcio) o Kefrén (en griego), que fue el cuarto faraón de la dinastía IV de Egipto, reinando aproximadamente desde el 2547 al 2521 a.C (según Von Beckerath). En el mismo lugar se han encontrado fragmentos de estatuas de del mismo Faraón, hasta 23, más o menos completas que en conjunto representarían un programa iconográfico del templo funerario, como síntesis del poder terreno y celeste.

Kefrén o Jafra era Hijo de Jufu y Henutsen; y estaba casado con Meresanj III, hija de Kauab y depositaria de los derechos dinásticos, con Jamerernebty I, madre de Menkaura, y con Jamerernebty II. Se piensa que el reinado de Kefrén duró aproximadamente 66 años

En esta obra, Kefrén aparece sentado en su trono real, con mirada al infinito, sus manos reposan en cada pierna, la derecha en forma de puño y llevando un rollo, símbolo de estatus y la izquierda con los dedos extendidos en gesto de toma, como en acto de disposición a recibir ofrendas para su renacimiento. Lleva un faldellín tripartito y el típico tocado nemes de lino, rematado por el ureo real y una falsa barba real. Todos estos símbolos pretenden ser una referencia a la naturaleza divina del Faraón. Está deteriorado el antebrazo izquierdo y parte de la pierna izquierda.

Esta representación no es un retrato, es un mensaje en sí misma, un símbolo del poder de Kefrén mediante el uso de las convenciones artísticas de la época: un físico idealizado, con el rostro no envejecido y proporciones ideales del cuerpo.​ El retrato idealizado egipcio no pretendía representar rasgos individualizados, sino proclamar la naturaleza divina de la realeza egipcia.

El trono cúbico sobre el que se sienta lleva dos cuerpos de leonas estilizadas. En sus laterales, el símbolo del sema-tauy, emblema de la unión de las dos tierras, representadas por las plantas de loto (simbólicas del Alto Egipto) y las plantas de papiro (simbólicas del Bajo Egipto). El dios Horus representado como un halcón con anillo shen, protege la parte posterior de la cabeza de Kefrén con sus alas extendidas, otra referencia al Egipto unido. Además de la vista del dios halcón, los pies de Kefrén se apoyan sobre una plataforma plana, tallada con nueve arcos que representan el dominio del rey y del reino sobre las tribus enemigas, los Nueve Arcos.






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