MUJERES EN EL ARTE: MARÍA BLANCHARD - EL REFUGIO EN LA PINTURA
MARÍA BLANCHARD
María Gutiérrez-Cueto y Blanchard
Nacimiento: 6 de marzo de 1881; Santander, España
Fallecimiento: 5 de abril de 1932; Francia
Nacionalidad: española, francesa
Movimiento: Cubismo
Escuela / grupo: École de Paris, Section d'Or (Grupo Puteaux)
Campo: pintura
La vida de María Blanchard quedó marcada ya desde su nacimiento o incluso antes, debido a una caída que sufrió su madre estando embarazada de ella, María vino al mundo con la columna deformada, lo que le produjo una visible joroba que le marcó su personalidad y su arte para siempre.
Desde pequeña, el rechazo que su cuerpo provocaba en la sociedad, (miradas, risas, comentarios jocosos, marginación y un largo y doloroso etcétera) hizo que se encerrará en si misma a la vez que se abría y se refugiaba en la pintura. El arte le aportaba consuelo y la necesidad de encontrar y transmitir la belleza. Una belleza y armonía que logró con creces en sus composiciones pictóricas.
A principios del siglo XX, abandonó Santander para estudiar Bellas Artes en Madrid y así dedicarse profesionalmente a la pintura. Pasados algunos años, ya de vuelta a Santander, el arte de María Blanchard sobresalió y el ayuntamiento de su ciudad le otorgó una beca para estudiar en París.
La artista estudió en la Academia Vitti en París, pero fue en la Academia María Vassilief donde conoció y se enamoró del Cubismo, una corriente artística novedosa por entonces. Blanchard se integró en la corriente logrando un reconocimiento dentro del círculo de Pablo Picasso y Juan Gris, con este último compartió el estilo y una larga amistad. Aprendió a aplicar las bases del movimiento en su trabajo y consiguió unas armónicas y bellas obras.
La pintora vivió, debido a los complejos que le provocaba su cuerpo, obsesionada con la belleza. El arte fue una balanza, con la que podía crear, perfeccionar, hallar esa hermosura que creía que su cuerpo le negaba. María Blanchard sentía la necesidad de fabricar ese encanto sobre todas las cosas al igual que transmitir el amor también le fue negado. En sus obras cubistas y posteriormente en sus lienzos mas figurativos consiguió un estilo depurado y tierno. La artista supo plasmar la belleza en retratos de mujeres y de niños, escenas de ocio, bodegones e incluso en el movimiento de un abanico.
Consiguió ser una artista alabada y reconocida entre los artistas de su tiempo. Su pintura era el canal y la depuradora de sus sentimientos; un puro grito a sus anhelos. Lienzos llenos de talento, amor, ternura y belleza idealizada. Obras que quisieron ser un reflejo de lo que ella no pudo ser, o mejor dicho, lo que le hicieron creer que no podía ser.
En abril de 1932, María Blanchard murió de tuberculosis a la edad de 51 años dejando atrás una obra llena de color y pasión.
ALGUNAS DE SUS OBRAS
El monograma
1916
Estilo: Cubismo
Mujer con abanico
1916
Estilo: Cubismo
Bodegón cubista
1917
Estilo: Cubismo
Naturaleza Muerta Con Tijeras
1917
Estilo: Cubismo
Mujer sentada
1917
Estilo: Cubismo
Mujer con guitarra
1917
Estilo: Cubismo
Naturaleza muerta con lámpara roja
1916-1918
Estilo: Cubismo
Naturaleza muerta con guitarra
1918
Estilo: Cubismo
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