ESCRITURA: CORAZÓN DE FUEGO - DUENDE DE LA LUNA

 

CORAZÓN DE FUEGO

Tengo un nudo en la garganta, un latido extraño en el corazón, un grito en el alma.

Tengo el orgullo de vivir, de superar mil infiernos de dolor, el bello, lejano y agridulce recuerdo de haber amado.

Estoy vivo, lo se porque sufro, lloro, me enfado, me alegro y me rio.

Se que tengo gente, se que más de la que pienso... pero pocas y pocos son quienes realmente conocen mis miedos y mis anhelos, mis orgullos y mis vergüenzas, mis retos y mis arrepentimientos.

Decía que tengo un grito en el alma, me pide que encuentre de nuevo el amor. Intento acallarla y le digo, deja que me ame a mi mismo, déjate mimar por mi.

Pero mi alma me responde, con parte de razón, con una pregunta: ¿No echas de menos un te quiero, un te amo, una caricia que erice tu pelo, un beso que haga estremecer tu cuerpo y una mirada de amor, pasión y deseo?

Si mi alma, lo echo de menos, pero la vida nos trajo por este camino, hay que aceptarlo y recorrerlo. Por supuesto no me rindo, pero siento el peso de la realidad, acéptalo alma, es momento de reciclar.

Reciclar el como amar, ser leal con uno mismo, trabajar el autocariño y la dignidad. El corazón por delante, pero no asequible a cualquiera.

Premiarme con amor propio todos los logros, que no son pocos. Recordar que estoy en esta vida simplemente para vivirla. No soy un superhéroe que puede con todo sin rasguños, soy un luchador con cicatrices visibles e invisibles. Y por supuesto, no soy un caballero para estar salvando corazones con hambre de mi energía, para luego, o marcharse, o más cobarde aún, destrozarme para que yo me vaya.

No soy ni de piedra, ni de acero ni de hielo. Siento con intensidad y a flor de piel. Es fácil dañarme, pero si quieres, es fácil quererme, incluso amarme. Pero eso si, ahora mismo para amarme, has de ser valiente, porque si decido amar, no lo hago a medias ni a cuentagotas. Conmigo, el amor se respira, se vive, se apasiona y se emociona. Lo diré muy directamente, y con la cabeza alta y con dignidad: Hay que ser muy especial para amar a un luchador valiente. Porque ya no aceptaré limosnas, me tienen que dar cariño, lealtad, disposición de luchar, respeto y sobretodo, seguridad. No jugar a hoy sí y mañana, ya se verá. 

Mi corazón no renuncia a amar, y quien sea valiente, recibirá todo lo que puedo llegar a dar, y sinceramente, y aunque suene pedante y prepotente, se está perdiendo mucho, pero mientras nadie se atreve yo lo haré: Me amo, porque merezco cuidar de mi mismo y he luchado contra muchísimos miedos y demonios internos para lograrlo, y ahora, no quiero perderlo.

Duende de la Luna