MUJERES EN EL ARTE: MARUJA MALLO

 

MARUJA MALLO

Ana María Gómez González Mallo

Nacimiento: 5 de enero de 1902; Viveiro, Galicia, España

Fallecimiento: 6 de febrero de 1995; Madrid, España

Movimiento: Surrealismo, Realismo Mágico

Campo: pintura

Institución de arte: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando


Maruja Mallo, fue una pintora española enmarcada dentro de la corriente surrealista. Además, formó parte de la conocida Generación del 27, como una de las artistas con un marcado estilo innovador. Comenzó a prepararse en las artes, sobre todo en la pintura, desde muy temprana edad. Posteriormente un traslado familiar a la capital española la puso en contacto con grandes artistas e intelectuales. A partir de ese entonces su vida profesional comenzó a tener auge.

La obra artística de Maruja se caracterizó por la presencia del arte egipcio, así como también por las formas geométricas. La artista realizó sus pinturas con la intención de que la parte emotiva estuviera por encima de la razón, lo que la llevó a romper con lo tradicionalmente establecido en la pintura.

NACIMIENTO Y FAMILIA

Maruja nació el 05 de enero de 1902 en la localidad de Viveiro, Lugo, en el seno de una familia tradicional y numerosa. Sus padres fueron Justo Gómez Mallo, trabajador de aduana, y María del Pilar González Lorenzo. La pintora fue la cuarta de catorce hermanos.

FORMACIÓN

A los once años de edad Maruja Mallo se mudó con su familia a Avilés; por motivos laborales de su padre allí vivió durante nueve años, desde 1913 hasta 1922. En esa época además de recibir clases particulares, también comenzó a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios.

Mallo se fue a vivir a Madrid con su clan familiar en 1922. Allí comenzó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de donde egresó en 1926. Fue la época de amistad con la Generación del 27; se relacionó con Dalí, Concha Méndez, Luís Buñuel, Rafael Alberti, entre otros.

PRIMERAS OPORTUNIDADES COMO PINTORA

Maruja comenzó a abrirse camino en el mundo artístico en 1927, año en el que también falleció su madre. Participó activamente en la primera Escuela de Vallecas, cuyo objetivo fue propagar por España las ideas vanguardistas europeas; la iniciativa fue del escultor Alberto Sánchez y el pintor Benjamín Palencia.

De igual manera la pintora realizó trabajos para medios impresos como La Gaceta Literaria y La Revista Occidente, así como también la contrataron para crear la portada de varios libros. En 1928, con la organización de José Ortega y Gasset, expuso diez de sus obras de realismo mágico con gran éxito.

PRIMERA EXPOSICIÓN

Mallo consiguió un espacio en París para exponer su trabajo pictórico. Su primera exposición en la ciudad luz fue en 1932, en la galería Pierre Loeb; con esas obras se inició en la corriente surrealista. Su amigo Breton adquirió el cuadro Espantapájaros, y la presentó con pintores de la talla de Pablo Picasso.

Después de haber estado dos años en Francia, volvió a España. Su trabajo ya era reconocido, tanto personas como organismos solicitaron sus cuadros. También formó parte de la Sociedad de Artistas Ibéricos, y comenzó a desarrollar un arte de tipo geométrico.

LA SEGUNDA RÉPÚBLICA

En 1933, año de la Segunda República Española, Mallo se dedicó a ejercer como profesora de dibujo en algunas instituciones, al tiempo que diseñó unos platos para la Escuela de Cerámica de Madrid. En ese tiempo comenzó a relacionarse con el poeta Miguel Hernández.

Ambos trabajaron en Los hijos de la piedra. La pintora inspiró al poeta a escribir El rayo que no cesa. 

MALLO Y EL EXILIO

En 1936, cuando estalló la Guerra Civil, la pintora estaba en su natal Galicia realizando trabajos de las misiones pedagógicas. Durante esa época realizó exposiciones en Barcelona y Londres, hasta que en 1937 tuvo que huir y tomó rumbo hacia Portugal.

En el país lusitano la recibió su amiga la poeta chilena Gabriela Mistral, con su ayuda se fue a Buenos Aires. Prontamente comenzó a retomar su vida, y dictó algunas conferencias sobre las artes plásticas; en Argentina vivió veinticinco años.

ÉXITO EN EL EXILIO

Los años que Maruja Mallo pasó en el exilio significaron éxito y crecimiento, aunque también soledad. Durante los primeros años trabajó en algunas revistas, y se dedicó a una creación constante. Además logró llevar sus obras a otras latitudes como Brasil, París y Nueva York.

De los años lejos de su patria fueron las series Terrestre y Las máscaras. En 1938 tuvo el honor de crear la escenografía para la obra Cantata en la tumba, de Federico García Lorca, quien fue su amigo. Al año siguiente salió a la venta su libro La popular en la plástica española a través de mi obra.

TIEMPO OSCURO Y LUZ EN NUEVA YORK

Hubo una larga temporada entre mediados de los cuarenta y cincuenta donde la creatividad de Mallo se estancó. Por tal motivo hizo un viaje a Chile, concretamente a la Isla de Pascua, para renovarse e inspirarse para realizar trabajos que tenía encargados.

Llegó la inspiración y con ella la oportunidad de viajar a Nueva York, para una muestra de su arte en la galería Carroll Carstairs. Tras varios años de trabajo, en 1962 salió desde la Gran Manzana con rumbo a Madrid. Ese fue su primer viaje de vuelta a España.

REGRESO A ESPAÑA Y FALLECIMIENTO

Maruja Mallo regresó a su país en 1962, pero su retorno no fue del todo fácil, tras veinticinco años de exilio, se convirtió en una artista desconocida. Sin embargo, decidió recomenzar, hizo algunas exposiciones y dio inicio a Los moradores del vacío, su serie final como pintora.

Durante esos años en España, Mallo fue recuperando su lugar en los espacios artísticos. Tanto así que le realizaron varios homenajes y reconocimientos, entre ellos la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid en 1990. Falleció a los 93 años de edad, internada en un hospicio en Madrid, el 6 de febrero de 1995.

ESTILO

La obra pictórica de Maruja Mallo se caracterizó por ser principalmente surrealista. Al haber sido una mujer avanzada para la época en que se desarrolló, logró romper con los patrones comunes y tradicionales establecidos, lo que le dio un estilo único y sin igual a su obra.

Mallo tuvo como objetivo principal dejar a un lado el razonamiento, así que plasmó en sus pinturas emoción y sentimientos. Buscó constantemente mostrar la historia o la vida detrás de lo real, de allí que sus cuadros pudieran ser a veces extraños.

COLORES

La mayoría de los cuadros o pinturas creados por Maruja Mallo gozaron de colorido, tal como la personalidad de su pintura. Su creatividad para conjugar los colores le dio a su arte ciertos aires de movimiento, lo que le brindó más vitalidad a sus verbenas y fiestas.


ALGUNAS DE SUS OBRAS

 

1927 - DESNUDO SURREALISTA

Estilo: Surrealismo

Género: pintura figurativa


1927 - LA VERBENA
Estilo: Surrealismo, Realismo Mágico
Género: costumbrismo
Dimensiónes: 119 x 165 cm


1929 - CANTO DE LAS ESPIGAS
Estilo: Surrealismo, Arte Naíf (Primitivismo)
Género: pintura figurativa
Dimensiones: 118 x 233 cm


1930 - ANTRO DE FÓSILES
Fecha: 1930
Estilo: Surrealismo
Género: pintura simbólica
Dimensiónes: 135 x 194 cm

1932 - TIERRA Y EXCREMENTOS
Estilo: Surrealismo
Género: paisaje


1936 - SORPRESA DEL TRIGO
Estilo: Surrealismo, Expresionismo
Género: retrato, pintura simbólica


1937 - ARQUITECTURA HUMANA
Estilo: Expresionismo, Cubismo
Género: retrato


1937 - FIGURAS
Estilo: Expresionismo, Cubismo
Género: costumbrismo


1942 - MÁSCARAS
Estilo: Expresionismo
Género: pintura figurativa, naturaleza muerta


1943 - NATURALEZA VIVA
Estilo: Surrealismo
Género: pintura figurativa


1944 - EL RACIMO DE UVAS
Estilo: Surrealismo
Género: pintura figurativa


1979 - CONCORDE
Estilo: Pop Art
Género: pintura figurativa


1981 - ACRÓBATAS MACRO Y MICROCOSMOS
Estilo: Expresionismo
Género: costumbrismo


1988 - VIAJEROS DEL ÉTER
Estilo: Realismo Mágico
Género: pintura figurativa








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