LIBROS: OBRAS DE ARTE - PORTADAS DE LIBROS ANTIGUOS
PORTADAS DE LIBROS ANTIGUOS
PEQUEÑAS OBRAS DE ARTE
Hay algo con lo que la tecnología no es capaz de acabar; hablamos de la capacidad de sentir el olor de las hojas de un libro nuevo y de la maravillosa sensación de perdernos en las portadas de algunas obras de la literatura.
El siglo XIX vio el nacimiento de la industria editorial. Esto sucedió a raíz del alza de los índices de alfabetización y el desarrollo de nuevas tecnologías para producir libros en serie. No es una casualidad, entonces, que fue precisamente en este siglo cuando la novela se estableció como un género en sí mismo con altos niveles de aceptación por parte de un público que ansiaba leer historias.
Antes de esto, los libros eran objetos cuyos procesos eran hechos a mano, algo que los hacía caros y los reservaba sólo para aquellos que pudieran pagarlos.
En este contexto, las portadas de los libros —que hasta ese momento eran, normalmente, guardas hechas de piel adornadas solamente si su dueño así lo deseaba— adquirieron una nueva finalidad, ya no eran una protección para las hojas interiores: eran el medio por el cual podía darse información del contenido y, sobre todo, atraer potenciales lectores.
Además, el hecho de que estas portadas pudieran hacerse en una imprenta (y no a mano a través de procesos artesanales y complicados) propició el desarrollo de distintos métodos para hacerlas —desde gofrar el papel, hasta el uso de litografías multicolor—. Así nació un nuevo espacio de expresión artística.
En esta deliciosa colección de portadas es posible apreciar una miríada de estilos y diseños. Son, cada una de ellas, una ventana que inspiran el asomo al asombro de una promesa narrativa.
Jules Verne. From the Earth to the Moon. London, Sampson Low, Marston, Low, and Searle, 1873
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